Por Fernando Sánchez Muñoz, cronista
Llegamos 10:30 al parqueadero
municipal, el auto quedó seguro. En la Terminal
Norte la Y encontramos filas ordenadas para subir al trolebús. Partimos 10:35 hacia el centro de Quito. En la
parada El Florón un pasillo corta venas cantado por un no vidente nos inspiró: “que distintos los dos, tu vida
empieza…”
Después de cruzar el Quito moderno, el trole inició su recorrido por las empinadas
y estrechas calles del Quito antiguo. Pasamos por el teatro Alhambra, la calle de
la Guaragua, el Teatro Nacional Sucre y la nueva parada del trolebús en esa plaza.
A las 10:55 bajamos
en la parada Plaza Grande y caminamos por San Agustín. De inmediato apareció la majestuosa Plaza de la
Independencia. Nuestra vista se elevó 40 metros para admirar el árbol patrimonial centenario,
el Araucaria, originario de Chile. Visitamos
el Palacio de Carondelet.
Luego fotografiamos el monumento a los próceres de la independencia de 1809. En el pretil de la Catedral Metropolitana saboreamos espumilla con frutas, colaciones y quesadillas de San Juan. Subimos a la Plaza de San Francisco, llegamos a la rehabilitada 24 de Mayo y compartimos actividades culturales del Verano de las Artes de Quito.
Luego fotografiamos el monumento a los próceres de la independencia de 1809. En el pretil de la Catedral Metropolitana saboreamos espumilla con frutas, colaciones y quesadillas de San Juan. Subimos a la Plaza de San Francisco, llegamos a la rehabilitada 24 de Mayo y compartimos actividades culturales del Verano de las Artes de Quito.
El paseo terminó con nostalgia en el barrio de
nuestra infancia, La Loma Grande. Retornamos en trolebús a la Terminal Norte la Y a las 14:30.
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