viernes, 27 de marzo de 2020

EL CORONAVIRUS Y LAS CONSECUENCIAS ECONÓMICAS



Cronista Fernando Sánchez Muñoz







“La globalización ha transformado la relación entre las personas
 y su entorno: ahora lo local es global y lo global es local”


Todos sabemos ahora cómo evitar el coronavirus, sin embargo, es necesario que conozcamos cómo esta pandemia alteró la economía y ha obligado a cada uno de los gobiernos a tomar medidas para contrarrestar el daño provocado a los ciudadanos, empresas y Estados en todo nuestro mundo globalizado. 

La epidemia de la enfermedad por coronavirus COVID-19 comenzó a fines de diciembre de 2019 en un mercado de animales de la ciudad de Wuhan, capital de la provincia de Hubei en China central. Desde entonces, se ha extendido rápidamente por China y en más de 188  países, lo que ha generado un saldo de más de 18.000 muertos y más de 526.900 contaminados hasta fines de marzo del 2020.

Para enfrentar esta crisis sanitaria los distintos gobiernos fueron decretando la cuarentena, toque de queda y aislamiento de la población por la pandemia, enfermedad por coronavirus,  acciones generadas con los recortes de libertades en Europa, América, Asia, Oceanía y Africa.

La primera cuarentena directa por la pandemia de COVID-19 fue en la República Popular China, cuando el gobierno ordenó el encierro de la provincia de Hubei el 21 de enero de 2020 que incluía a Wuhan. El 28 de febrero continuó Irán. El 5 de marzo Rusia. Luego el 8 de marzo Italia. El 10 de marzo Paraguay. El 11 de marzo El Salvador. El 15 de marzo España, Estados Unidos. El 16 de marzo Puerto Rico, Chile, Costa Rica, Filipinas, Francia, México, Pakistán,  Perú, Venezuela. Desde el 17 de marzo la Unión Europea, Bolivia, Canadá, Colombia, Ecuador. El 18 de marzo Bélgica, Malasia. El 20 de marzo  Argentina, Isla Mauricio, Nigeria. El 23 de marzo en Ruanda, Costa de Marfil, Senegal. El 25 de marzo Nueva Zelanda, Cuba, Qatar. El 26 de marzo en Sudáfrica Y así podemos seguir enumerando los distintos países que  van aplicando la cuarentena a sus ciudadanos.


MEDIDAS GUBERNAMENTALES

Durante los últimos días, la incertidumbre  sobre la epidemia Covid-19 también ha llegado a los mercados de valores y economías de todo el mundo.

La dificultad para frenar la expansión de la epidemia ha obligado a los gobiernos a aplicar medidas extraordinarias, como cerrar edificios públicos, empresas y comercios, además de limitar la movilidad. Como consecuencia se ha reducido la producción, el consumo y el turismo en la mayoría de países afectados. Y eso tiene consecuencias económicas.

Organismos internacionales como la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) advierten de que la pandemia puede reducir el crecimiento económico mundial en 2020.

En una situación como esta, los estados se han visto obligados a inyectar grandes cantidades de dinero para que el sistema siga funcionando: por ejemplo, para las personas que se han quedado temporalmente sin trabajo que sigan cobrando para poder pagar las facturas, o que las empresas que no pueden producir puedan pagar a sus trabajadores.

Países como Francia, han anunciado que se suspende el pago del alquiler y de las facturas de la luz, gas o agua, mientras el propio Estado se hará cargo de pagar los créditos bancarios de la gente que no pueda asumirlos por culpa de la epidemia.


SITUACIÓN BOLSAS DE VALORES

El que las empresas dejen de producir y la gente deje de consumir también tiene efectos sobre las bolsas y mercados de valores, donde se comercia con el valor de las empresas y las materias primas.

Esta situación global llevó a que el 9 de marzo se convierta en el segundo “lunes negro” consecutivo en las bolsas mundiales, como consecuencia de las medidas preventivas contra el coronavirus. Desde entonces, la situación no ha hecho más que empeorar con caídas pronunciadas en los mercados globales.

El 16 de marzo, los inversores y empresas se despertaron con caídas cercanas al 10% en la bolsa de Nueva York, considerada una de las más importantes del mundo. En España, el Ibex 35 experimentó perdidas aún mayores y, junto a Italia, son de los países más dañados por la Covid-19.

Algunos temen que la pandemia del coronavirus pueda desencadenar una nueva crisis económica similar a la del 2008, que tuvo efectos a nivel mundial.  En toda esta situación, no obstante, las empresas del sector farmacéutico están viendo cómo sus acciones crecen y ganan dinero, principalmente aquellas que se dedican a investigar una vacuna para el coronavirus.

Por otro lado, la bolsa de valores de China se está recuperando ahora que la epidemia del coronavirus está bajo control en el país asiático.


GUERRA COMERCIAL PETROLERA

La crisis producida por el coronavirus también ha provocado un descenso en la demanda de petróleo, ya que la actividad industrial y doméstica ha disminuido considerablemente en muchos países a causa de las medidas de control.  Mientras que la OPEP ha rebajado la demanda mundial de petróleo un 19%, a 100,73 millones de barriles diarios.

Además de consumir menos combustible por la situación de pandemia, hay otro factor que influye en el precio del petróleo: la batalla interna entre Rusia y Arabia Saudita, que son los dos mayores productores de petróleo del mundo.  El petróleo tiene una gran influencia en la economía mundial y estos productores tenían un acuerdo para no perjudicarse: coordinaban la producción y venta de barriles para no competir.

Sin embargo, en un contexto de crisis como la pandemia de coronavirus, Rusia ha visto una oportunidad para dejar atrás a los Estados Unidos (su eterno rival) y decidió el  6 de marzo romper el acuerdo -idilio petrolero-  e ir solo a partir del 1 de abril en que se acaban las cuotas y recortes a la producción. Como respuesta, Arabia Saudita decidió bajar el precio de su petróleo para vender más.

Esta guerra comercial tiene efectos para la economía mundial. En las últimas semanas, el precio del barril de Brent (el crudo de referencia en Europa)  cayó más de un 9%: el precio actual es de unos 30 dólares por barril, unos niveles que no se veían desde hace 16 años.


EFECTOS EN AMERICA LATINA

El brote del COVID-19 es una amenaza para la estabilidad macroeconómica de América Latina y el Caribe. Y es muy probable que el impacto del virus, además represente un shock para nuestros países.

América Latina  está significativamente enlazada a China, ya que las relaciones económicas entre ambas se han disparado en las últimas décadas, particularmente a través del comercio, la inversión extranjera directa y los préstamos.

El comercio entre China y América Latina aumentó de 12.000 millones de dólares en el año 2000 a 306.000 millones en 2018, y ya es el segundo socio comercial. Hace tres años, ya representaba 9% de las exportaciones totales latinoamericanas y 18,4% de las importaciones totales.

No en todos los países es igual, pero, por ejemplo, China representa 28,1% del total de las exportaciones brasileñas, así como 10,5 % de las argentinas y 32,4 % de las chilenas. Si bien China importa principalmente productos primarios como minerales y metales, productos agrícolas y combustibles de la región, sus exportaciones consisten en máquinas y equipos eléctricos, textiles, productos químicos y metales.

Sus seis principales socios comerciales en la región son Brasil, Argentina, Chile, Perú, Colombia y Venezuela, cuyas exportaciones se concentran en cuatro productos, que representan 75% de las exportaciones latinoamericanas a China: cobre, soya, petróleo crudo y mineral de hierro.

Del mismo modo, la inversión extranjera directa y los préstamos de China han aumentado en la región durante la última década. Entre 2005 y 2017, la inversión de China en esta región representó 5% de la inversión extranjera directa total (más de 90.000 millones de dólares).

Según el centro de políticas públicas Diálogo Interamericano, China ha colocado más de 141.000 millones de dólares en préstamos para la región desde 2005, lo que representa más que el Banco Mundial,  el Banco Interamericano de Desarrollo y el Banco de Desarrollo de América Latina combinados.

Solo Venezuela es, por mucho, el mayor receptor de estos préstamos, con un monto de 67.2000 millones de dólares desde 2005, seguido de Brasil (28.900 millones), Ecuador (18.400 millones) y Argentina (16.900 millones).

Aunque el alcance total del impacto del coronavirus dependerá en última instancia de qué tan bien se contenga el brote, se espera que el crecimiento de China en el primer trimestre del año caiga bruscamente y se recupere más adelante en el año. Si bien China ha estimado su crecimiento para el 2020 en 6%, varios analistas han revisado sus proyecciones a un 5%  e incluso 4,5%.

En términos de comercio, por ejemplo, una desaceleración de la demanda china de bienes impulsada por una desaceleración económica tendrá fuertes impactos en países como Brasil, Chile y Perú, exportadores netos a ese destino; Argentina, Colombia y Ecuador también sentirán el impacto en menor medida.


CHINA IMPONE  MEDIDAS

La volatilidad surgida con este nuevo coronavirus pone a prueba la resiliencia  en China, esa capacidad de volver a un camino predeterminado de desarrollo en el menor tiempo posible después de sufrir un shock adverso. Por lo mismo, más allá del pánico que ha desatado este nuevo virus, el coronavirus COVID-19 es un llamado también a la resiliencia a todos los países y en nuestro caso para América Latina.

Las Bolsas de Valores chinas reabrieron sus puertas con un desplome del 9%, cuando el descenso máximo permitido es del 10%.   2.600 valores han caído más del límite máximo permitido del 10%.

Las medidas del gobierno Chino para intentar evitar la sangría financiera han palidecido ante el miedo de los inversores al coronavirus y su impacto económico. China ha rebajado los tipos de interés e inyectado 150.000 millones de euros en el sistema financiero mediante préstamos a corto plazo (si bien la mayor parte ha sido para cubrir vencimientos), pero la incertidumbre sobre el alcance de la pandemia tiene al mercado casi colapsado.

La autoridad financiera China  restringió las operaciones bajistas y prohibido a los gestores de fondos vender acciones a no ser que sea para afrontar reembolsos de inversores.

Así, los precios de las materias primas se han desplomado, ante la previsión de que una economía castigada por el virus demandará menos materiales. Además de la caída del mineral de hierro se han desplomado el cobre y el acero para la construcción, todos con descensos de más del 6%.


INCERTIDUMBRE EN EE.UU.
Las compañías estadounidenses presentes en China son cada vez más pesimistas ante la incertidumbre que encierra la pandemia de COVID-19, y prevén una caída del volumen de negocio.

Entre los motivos mencionados figuran: las restricciones de viaje en China (68%), los problemas en el extranjero por la pandemia (50%) y una caída de la demanda (44%).
La mitad de las empresas estadounidenses estiman que todavía es demasiado pronto para evaluar las posibles pérdidas. El 14% de ellas prevén perder al menos 500.000 yuanes por día (65.500 euros, 70.800 dólares).

"La epidemia sigue planteando dificultades a nuestras empresas, pero ahora están preocupadas por las consecuencias en el mundo, donde el coronavirus se halla en expansión, obligando a numerosos países a tomar medidas de confinamiento” destaca el presidente de la cámara estadounidense Greg Gilligan.

El 13 de marzo,  solo el 8% de las 119 empresas estadounidenses en China dijeron que todos sus empleados habían vuelto al trabajo (en comparación con el 6% activas en la provincia de Hubei, el epicentro de la epidemia).

El 39% de las empresas estadounidenses consideran que la pandemia podría obligar a China a abrir más el mercado a compañías extranjeras, uno de los muchos puntos de fricción entre Estados Unidos y el gigante asiático.
En concreto, el virus continúa exponencialmente con su expansión fuera de China, con focos importantes en Italia, Estados Unidos, España y Alemania. En España, la suma de los contagiados supera los 47.000, y por el momento parece que el estado de alarma se va a prolongar hasta el próximo 11 de abril.

Vale la pena señalar, que los ecuatorianos son la principal comunidad migrante en España con 422.000 ecuatorianos que residen en suelo español, y muchos de los familiares de esas personas ingresan constantemente al Ecuador a principio de año. De hecho, el primer caso reportado en Ecuador fue el de una mujer ecuatoriana que ingresó el 14 de febrero a territorio ecuatoriano procedente de Torrejón de Ardoz, cerca de Madrid. Este hecho, la pobreza marginal en ciudades como Guayaquil y factores como el no haber seguido con rigor estricto todas las medidas por parte de la población, ahora el Ecuador ocupa el segundo lugar en contagios y muertes después del gigante Brasil.


ANÁLISIS  DE ORGANISMOS INTERNACIONALES

El 16 de febrero Kristalina Georgieva, directora gerente del Fondo Monetario Internacional, advirtió de que el crecimiento de la economía mundial, estimado en un 3,3% para el año 2020, podría verse recortado entre un 0,1% y 0,2% por el coronavirus.

La decisión de aumentar la producción de petróleo ha aumentado la presión sobre el precio del petróleo, la renta variable y las estimaciones de crecimiento mundial. Si bien el 19 de marzo se vio un repunte en el precio del petróleo después de la caída de los precios a su nivel más bajo de 20 años, una caída continuada del precio del petróleo podría ser más desafiante para los exportadores de petróleo, incluidos Rusia, Colombia, México, Brasil. Los bajos precios del petróleo podrían ser más beneficiosos para los importadores de petróleo de mercados emergentes, como India, Indonesia, Filipinas, Corea del Sur, Turquía y Europa Central y del Este.

Los mercados emergentes dependen del crecimiento y se esperaba este año que la prima de crecimiento económico comience a volver a favorecer a los mercados emergentes frente a los países desarrollados. Sin embargo, se retrasará hasta la segunda mitad de 2020 o potencialmente 2021.

El impacto del virus ha avanzado rápidamente y ahora se espera que cause una crisis global, pero la cuestión clave en esta recesión no es si las ganancias de las empresas caerán, sino si necesitarán nuevo capital. Además, los expertos señalan que la desaceleración ya está en las áreas más cíclicas del mercado, algo que contrasta con la recesión de 2008/9 que tomó por sorpresa al mercado mundial.

El segundo punto clave es cómo tratarán los gobiernos de mitigar el impacto de la crisis, ya que, en las más recientes, la respuesta fue recortar los tipos de interés para ayudar a las empresas y a las personas a pagar sus deudas y estimular la demanda, como ya hizo en los últimos días el Banco de Inglaterra y que le deja con muy poco espacio para recortar aún más. Así, los gobiernos tendrían que abordar el impacto del coronavirus a través de la expansión fiscal, algo totalmente diferente de todo lo visto en el pasado reciente, aunque no está claro cuál sería el impacto.

El virus en sí será transitorio: alcanzará un pico y luego disminuirá, aunque es imposible predecir cuándo. Pero el efecto secundario de una combinación de diferentes respuestas políticas venidas de diferentes países ha producido un impacto económico global que no se ha visto desde la crisis del petróleo de la década de 1970. Esto se debe a que abarca simultáneamente tanto la dislocación para el suministro de bienes y servicios como una fuerte reducción en la actividad del consumidor, lo que obviamente ha tenido mayor impacto en los sectores de viajes, eventos y ocio.

China puede ser el epicentro del virus, pero el número de países afectados que al momento llega a 188 aumenta cada día. Ciudades, e incluso países, están siendo puestas en cuarentena en un intento de limitar la propagación de la enfermedad. La consiguiente desaceleración, y  parálisis, en un período de tiempo relativamente corto puede someter a las empresas a una grave presión.

El sector de los servicios, por ejemplo, puede que no recupere los ingresos perdidos cuando la crisis haya terminado. Y es muy poco probable que la gente en Italia y China vuelva, por ejemplo, a los restaurantes una vez que termine el período de cuarentena.

Las finanzas de los fabricantes más vulnerables podrían verse afectadas por las necesidades de capital humano. El envío de componentes desde China se ha interrumpido, dejando a las empresas incapaces de entregar mercancías a los consumidores; sin embargo, tendrán que seguir pagando los salarios y reembolsando los préstamos. Al igual que la mariposa que agita sus alas y que puede desencadenar un huracán en cualquier otra parte del mundo, parte del valor añadido de las empresas europeas depende de los proveedores y clientes chinos.


PELIGRO BOLA DE NIEVE
El gigante chino del comercio electrónico,  ha introducido una serie de medidas para las pequeñas y medianas empresas, entre las que se incluyen la eliminación de comisiones sobre las ventas durante 2 meses, la exención de los gastos de almacenamiento y las líneas de crédito sin intereses, todo ello para los comerciantes de las regiones afectadas con un historial de transacciones consolidado.

También ha introducido el acceso gratuito a programas informáticos esenciales de gestión del trabajo a distancia. La respuesta combina la solidaridad con la eficiencia económica -el apoyo a los comerciantes chinos refuerza su ecosistema- y podría inspirar a las empresas en occidente a seguir su ejemplo. Estas medidas podrían contribuir a fomentar la confianza entre los agentes económicos y evitar cualquier efecto de “bola de nieve”. Después de todo, las empresas que vayan mal pueden arrastrar a los proveedores y a los clientes con ellos.

Por ahora, nuestro escenario básico es que el brote del virus reduzca alrededor del 0,3% el crecimiento del PIB de China este año, hasta 5,6% y en el mundo alrededor de 0,15%, hasta 2,6%-2,5%.

Sin embargo, la situación se volvió mucho más grave al momento que el coronavirus se convirtió en pandemia. Recordemos que una leve  gripe de Hong Kong en 1968 recortó el crecimiento mundial en 0,7%, mientras que medio siglo antes, una grave como la española, afectó el crecimiento hasta 4,8%. Japón puede verse más afectado que China por el riesgo de interrupción de la cadena de suministro.

Es alentador que los bancos centrales y gobiernos de todo el mundo estén interviniendo para tratar de limitar el daño económico.  China se encuentra en una posición particularmente fuerte gracias al gran papel del Estado en su economía, habiendo ordenado a los grandes bancos que apoyen a las pequeñas y medianas empresas de las regiones afectadas con extensión o subvención de préstamos. El flujo total de liquidez en China está actualmente en torno a 18,9%del PIB, muy por debajo del promedio a largo plazo de 31,1%, así que cuenta con mucho espacio para más estímulos.

EEUU también puede proporcionar más inyecciones de liquidez. Si la situación lo exige puede haber hasta 1,5% de recortes de tipos de la Reserva Federal este año. Sin embargo, Japón y Europa tienen la política monetaria más limitada. Sus economías luchan por crecer y, con el tipo del BCE en cero y el del Banco de Japón en menos 0,1%, tienen menor posibilidades.


FRENAZO AL SECTOR TURÍSTICO

La pandemia del COVID-19 plantea también al sector turístico un desafío importante y en constante evolución. La Organización Mundial del Turismo (OMT) ha reforzado su colaboración con la Organización Mundial de la Salud (OMS). Los dos organismos de las Naciones Unidas se reunieron en Ginebra para seguir trabajando en una respuesta coordinada al COVID-19.

La OMT pide un liderazgo internacional firme y que el turismo se incluya como prioridad en los futuros esfuerzos de recuperación.  La OMT insta al sector y a los viajeros a hacer frente a este desafío con mayor sentido común y medidas proporcionales.

El turismo es en la actualidad uno de los sectores más afectados y la OMT ha revisado su previsión de 2020 para las llegadas internacionales y los ingresos por turismo internacional, aunque hace hincapié en que es probable que haya que revisar esas predicciones.

En el contexto de las restricciones a los viajes que se están introduciendo, la OMT subraya la importancia del diálogo y la cooperación internacional y destaca que el desafío del COVID-19 representa también una oportunidad para mostrar cómo la solidaridad puede ir más allá de las fronteras.

El sector turístico, más que ninguna otra actividad económica con impacto social, se basa en la interacción entre las personas. La OMT ha venido orientando la respuesta del sector del turismo en varios frentes:

-          Cooperando estrechamente con la Organización Mundial de la Salud (OMS), el organismo principal de las Naciones Unidas para la gestión de este brote;
-          Garantizando, junto a la OMS, que las medidas de salud se apliquen velando por reducir al mínimo las repercusiones innecesarias en los viajes y el comercio internacionales;
-          Posicionándose en solidaridad con los países afectados; y
-          Haciendo hincapié en la resiliencia demostrada por el turismo y prestándose a apoyar la recuperación.

En una actualización sobre la respuesta del sector turístico al brote del COVID-19, la Organización Mundial del Turismo (OMT) ofrece una primera evaluación que apunta a una disminución de las llegadas internacionales y de los ingresos en el 2020. Las medidas de salud pública deben aplicarse de manera que se reduzca al mínimo toda interrupción innecesaria para los viajes y el comercio. Desde el inicio del brote, la OMT ha colaborado estrechamente con la Organización Mundial de la Salud (OMS) para velar por que así ocurra.

El turismo internacional ha experimentado una expansión continuada, a pesar de ocasionales sucesos de gran conmoción, lo que ha demostrado la fortaleza y la resiliencia del sector y ha beneficiado a todas las regiones del mundo.

Además de la preocupación mundial sanitaria y la rápida expansión y contagio del virus, miles de empresas que dependen y viven del turismo chino y de otras actividades económicas del gigante asiático, manifiestan su preocupación por el nuevo brote y ya sienten el impacto en sus bolsillos.

Hoteles, aerolíneas, casinos y operadores de cruceros están entre las industrias que sufren las repercusiones más inmediatas, sobre todo cuando el brote ocurrió y ocurre durante el Año Nuevo Lunar, una de las temporadas de viaje más activas en Asia.

Lo que sucede en China significa mucho más para la economía mundial que cuando el brote del SARS golpeó hace casi dos décadas. En 2003, China representaba 4,3% de la producción económica mundial. El año pasado, representó el 16,3%, según el Fondo Monetario Internacional (FMI).

El turismo de China ya había disminuido antes del brote del virus en parte por las protestas de Hong Kong y la disputa comercial entre Beijing y Washington. Sin embargo, unos 134 millones de chinos viajaron al extranjero en 2019, 4,5% más que el año previo, según cifras oficiales. Antes del brote, el Instituto de Investigación de Turismo Saliente pronosticó que unos 7 millones de chinos viajarían al extranjero durante las festividades de este Año Nuevo Lunar, comparados con 6,3 millones de 2019.

El turismo, a través de las personas (aunque no siempre), expande por todo el planeta costumbres, culturas, arte, idiomas, oficios, tareas, modas, y también enfermedades. Al igual que las pandemias, el turismo no reconoce los límites geográficos impuestos por el hombre. Por ello, la mayor movilidad y el número de viajes en aumento que se realizan en todo el planeta son la principal causa para que se haya desatado la pandemia.

En Mallorca, cuna del turismo vacacional, sus hoteles, según Última Hora, padecen que en los mercados emisores europeos se han frenado, ya que las reservas para la Semana Santa están prácticamente paralizadas y hay un goteo continuo de cancelaciones, según señalan pequeñas, medianas y grandes cadenas hoteleras.

Según la Organización Mundial del Turismo (OMT) el año pasado se registraron 1.500 millones de llegadas de turistas internacionales en el mundo. Los operadores turísticos esperaban un incremento del 4% con respecto a 2019 para este 2020. Sin embargo, apareció un enemigo no planificado: el coronavirus.

Así las cosas, hasta antes de la aparición del coronavirus, el Índice de Confianza de la OMT, mostraba un prudente optimismo para el 2020: el 47% de los participantes creían que el turismo tendría mejores resultados que en 2019, y el 43% creía que se mantendría al mismo nivel. Era de prever que algunos grandes eventos deportivos, entre ellos los Juegos Olímpicos de Tokio, y otros eventos culturales, como la Expo 2020 de Dubái, tendrían un impacto positivo en el sector.

Un ejemplo en América Latina es Argentina, donde durante el año 2018 llegaron casi 72.000 turistas chinos y, en 2019, este número creció más de un 6% superando los 76.500 turistas, siendo el segundo destino de Latinoamérica que más creció en la elección de los turistas chinos, detrás solamente de México. Sin embargo, Sudamérica solo representa el 0,2% del turismo emisivo chino por lo cual hay una gran oportunidad para seguir creciendo. La decisión de restringir la salida para evitar la propagación del virus, de extenderse, podría significar un retroceso en este crecimiento sostenido.

El turismo está entrando en una gran crisis por el pánico mundial al coronavirus, de duración y alcance aún desconocido, que está llevando al desplome bursátil continuado a todos los gigantes del sector. La OMT en colaboración con Oxford Economics realizaron un cálculo preliminar que estima que la crisis del coronavirus costará unos 20.200 millones de euros al sector, según Gloria Guevara, presidenta del Consejo Mundial de Viajes y Turismo.

El impacto del coronavirus Covid-19 en el turismo mundial es indudable y las previsiones de las autoridades se basan en experiencias anteriores con crisis similares como la del SARS o el H1N1. También toman como referencia las pérdidas derivadas de los turistas chinos que están dejando de viajar en estas semanas.

China es el país que más verá afectada su industria turística a causa del virus, pues el turismo representa allí el 11% del PIB y en los últimos años venía creciendo a un ritmo del 7%.
Aún es muy pronto para saber el alcance de la crisis. Es importante destacar que las aerolíneas que han cancelado sus vuelos a China, se cree lo hicieron no tanto por el propio virus, sino por la falta de demanda (British cancela vuelos a Milán por la baja demanda).

En la medida en que esta crisis dure, seguramente el futuro de la aviación no podrá ser garantizado sin ayuda estatal. Las aerolíneas han debido modificar sus planes. La Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA) calcula que los ingresos del transporte aéreo mundial se reducirán un 5% este año, lo que supone 29.300 millones de dólares menos (unos 27.000 millones de euros).

IAG, la matriz de Iberia, Vueling y British Airways ha sido una de ellas, igual que Ryanair, Easyjet, Air France-KLM o Lufthansa, de la misma manera que Meliá, NH, Amadeus, Edreams, Despegar o Tui, en especial desde hace una semana, afectando también a grandes hundimientos bursátiles a Booking, Expedia, Delta, United, Continental, Hilton, Wyndham o Marriott.

La Organización Mundial de Turismo (OMT) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) a través de un comunicado conjunto le han pedido al sector turístico que su respuesta al brote del coronavirus  sea “medida, coherente y proporcionada” a la amenaza que supone para la salud pública.

Los grupos turísticos Globalia y Barceló, que cuentan con touroperadores y agencias, están también padeciendo en estos momentos los efectos de esta crisis sanitaria en los mercados emisores, a los que ahora hay que sumar el español. “No hay movimiento y esto afecta a toda la cadena turística”, apuntaron representantes de estos grupos con sede en Mallorca.

Cerrar fronteras, prohibir los viajes en general y políticas gubernamentales más extremas no detendrá la propagación del coronavirus, afirmó el Consejo Mundial de Viajes y Turismo (WTTC).  La OMT ha pedido a los gobiernos y a las autoridades de todo el mundo que no reaccionen exageradamente con medidas desproporcionadas en un intento de controlar el Covid-19.

A criterio de los usuarios turísticos, la recuperación del sector turístico en el mundo también dependerá de la aplicación de mejores precios y promociones que incentiven a los viajeros a utilizar con más frecuencia sus servicios.  En esa política tendrán que entrar obligadamente los gobiernos, municipalidades,  pequeños, medianos y grandes empresarios turísticos de los diferentes países.

(Investigación y compilación de información prensa internacional, entre febrero y marzo del 2020)